Ressenya: La soledad del dibujante
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“Las crónicas más divertidas sobre la fama, los fans y otras incomodidades del aclamado autor Adrian Tomine. ¿Qué sucede cuando un pasatiempo infantil se convierte en tu verdadera profesión? En esta divertida y reveladora incursión en la vida de Adrian Tomine encontraremos todas las respuestas.”
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LA SOLEDAD DEL DIBUJANTE
ADRIAN TOMINE
Editorial: Sapristi
Fitxa tècnica:
Data publicació: setembre de 2020
ISBN: 978-84-945063-4-5
EAN: 9788494506345
Format: tapa dura
Pàgines: 224
PVP: 21,90€
Idioma: castellà
Gènere/matèria: novel·la gràfica, autobiografia, humor, fama… -
L'autor
Adrian Tomine. Nacido en Sacramento, California, Adrian Tomine empezó autopublicándose una serie llamada Optic Nerve cuando tenía 16 años. Al cumplir los 20, la editorial Drawn & Quarterly le hace su primera oferta. Sus cómics se han recopilado en antologías tales como McSweeney’s, Best American Comics y Best American Nonrequired Reading. Desde 1999, Tomine trabaja regularmente para la revista New Yorker, aportando su particular estilo para más de 50 portadas ya consideradas clásicas. Vive en Brooklyn con su esposa y sus dos hijas.
Ressenya
(ESP) En los últimos años el cómic mediante la novela gráfica se ha afianzado en las estanterías de gran parte de las librerías generalistas de todo el mundo, y eso a sido debido, sobretodo, a obras de autores como Frank Miller, Alan Moore, Guy Delisle, Daniel Clowes entre otros y, el que nos ocupa, Adrian “To-mai-ni”.
La soledad del dibujante es una autobiografía en primer plano de su autor, obviamente, pero también es un retrato de la industria del cómic vista desde dentro, sacando a la luz algunas de sus vergüenzas y miserias.
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La historia se desarrolla de forma cronológica desde 1982 en Fresno a 2018 en Brooklyn, viendo la evolución del artista y del hombre a lo largo del tiempo, y comprobando que por mucha experiencia y notoriedad que se tenga, nadie está a salvo de sufrir momentos embarazosos e humillantes, ni los más reconocidos dibujantes y su presupuesta glamurosa vida.
Los amantes del humor negro e hipocondríaco encontraran en La soledad del dibujante una buena dosis de sonrisas y taquicardias.
Valoració final
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