Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética dio luz verde a una peligrosa misión con el fin de ganar la carrera espacial. Enviaron a tres cosmonautas a lo más profundo del espacio, más lejos de lo que nadie había ido jamás. Eligieron a huérfanos sin ningún vínculo con seres queridos, los entrenaron como comunistas devotos y les prohibieron tener familias. Y cuando se perdieron entre las estrellas se encontraron con algo desconocido... Algo que los cambió. A Abram Adams se le creía perdido para siempre y se le había borrado de los libros de historia. Pero fue el primero en regresar, tras estrellarse en el desierto australiano. Los pocos que han llegado hasta él creen que es un dios. Dicen que puede doblegar la materia, el espacio e incluso el tiempo a su voluntad.