Aislada del mundo exterior, Grecia ha progresado hasta un estado de hegemonía total sobre un planeta Tierra devastado por causas desconocidas. Los griegos viven en un edén, en un estado de perpetua edad clásica que, sin embargo, goza de prodigios propios de las civilizaciones más tecnológicas. Y este nivel de desarrollo se ha logrado por la intercesión de los dioses, que son el centro de toda actividad humana. Los hombres viven para adorarlos. Se crían teniendo en cuenta que son observados y evaluados y, sobre todo, se preparan para luchar por ellos. Porque la guerra es constante en Grecia. La casta de héroes, cúmulo de virtudes, es el espejo en el que se mira todo