Los bebés de cero a tres años necesitan estímulos concretos y escasos para poder llegar a centrar la atención, para interiorizar, para generar imágenes y pensamiento
autónomo. Pocos estímulos pero poderosos, sencillos y sin excesos. Por eso en Cocolor no hay dibujos, porque los colores son los protagonistas.
El juego visual y táctil se completa cuando los libros son escuchados, jugados y compartidos con la parte afectiva adulta: mamá, papá, abuela, maestra... Hasta
participar activamente en el juego y reconocer los colores: jugados, escuchados, tocados, mordidos en ese objeto libro.