John Harper es un expoli de Ciudad Capital metido a detective privado. De día, tiene su oficina en el Shamrock, en una mesa junto a los baños, donde despacha sus asuntos mientras vacía una copa de bourbon. Allí recibe el encargo de Megan Scott: tiene que investigar el brutal asesinato de su padre, un oficial de policía también retirado.
Harper no tarda en descubrir que el caso esconde mucho más de lo que parece a simple vista. Todo parece girar alrededor de la «genefobia», el violento rechazo que despiertan los «elementales»: personas con poderes excepcionales.
Entre callejones oscuros donde se embosca la violencia, clubes de jazz, mucho humo y más bourbon, John Harper vivirá una carrera contra el tiempo, en la que, además, no puede perder de vista ni la corrupción policial ni la omnipresente amenaza de
la organización secreta Doble Hélice, que está empeñada en exterminar a los elementales. Harper, además de expolicía, investigador privado y divorciado, es un elemental. Uno de fuego. Y muy poderoso, casi tanto como vulnerable.