Psiquiatra a contracorriente, Tosquelles fue un disidente subversivo que, en 1938, fue nombrado Jefe de los Servicios Psiquiátricos del ejército de Extremadura. Entró en el frente y creó un hospital para los soldados con estrés postraumático. Condenado a muerte por el régimen franquista, cruzó la frontera y fue internado en el campo de refugiados de Septfonds, donde también levantó una unidad de psiquiatría. Finalmente llegaría al manicomio de Saint-Alban, donde, dirigidos por él, los locos salían a trabajar al campo y conseguían los alimentos necesarios para la supervivencia de la comunidad. Al tiempo que se acogía a
heridos de la Resistencia y se ocultaba a ciertos artistas perseguidos, entre ellos a Paul Eluard o a Tristan Tzara.