La caballería del Norte tiene un problema: no tiene caballos, así que Blutch y Chesterfield son elegidos voluntarios y, disfrazados de colonos, han de viajar hasta el sur de Texas para intentar obtener los tan necesitados equinos entre las tribus comanches. Por el camino, habrá tiempo para reencuentros y sorpresas ¡sobre todo para Blutch!
Una vez de vuelta, quien se lleva una sorpresa es Chesterfield, al enterarse de que ha sido padre de una niña y tener que dejar el ejército.
Para terminar, cuando el ejército unionista es acosado por una banda de mercenarios a las órdenes del sanguinario capitán Miller, deciden enviar a dos espías con la arriesgada misión de acabar con esos canallas y descubrir su fuente de financiación. Y no es difícil imaginar quienes serán nuevamente designados voluntarios.