«Lo quiero todo de la vida, quiero ser mujer y quiero ser hombre, quiero tener muchos amigos y gozar de la soledad, quiero trabajar mucho y escribir buenos libros, quiero viajar y pasarlo bien, quiero ser egoísta y quiero ser generosa», dijo Simone de Beauvoir en una carta a su amante Nelson Algren. Desde su infancia, en una época en la que a las mujeres no se les permitía estudiar, votar o elegir su profesión, hasta convertirse en una de las pensadoras más influyentes de todos los tiempos, Simone se embarcó con pasión en la gran aventura de ser ella misma. La filósofa y escritora existencialista, que se declaró comunista y atea, que formó con Sartre una pareja mítica, pero que decidió no casarse ni tener hijos, y que trató de entender qué significa ser mujer, sigue siendo un icono incontestable del feminismo y una fuente de inspiraciónpara una legión de lectoras. Las premiadas Julia Korbik y Julia Bernhard retratan a la autora de El segundo sexo como hija, amiga, amante: una intelectual que lo quiso todo de la vida y exploró como nadie lo había hecho antes en la condición femenina, la sexualidad, la libertad y las distintas maneras de amar.