Desde tiempos inmemoriales, los ajin han nacido para ejercer como criados y guardianes de sus maestros, pero en cuanto dejan de ser útiles son eliminados como meros despojos. Cuando tan solo eran unos críos, el ejército imperial se llevó a la fuerza a Sogetsu, hermano mellizo de Rangetsu, para servir de criado del príncipe Tenyô, pero es asesinado en una de las sangrientas contiendas de la dinastía. Instigada por el odio, Rangetsu jura vengarse y eliminar con sus propias manos al hombre que mató a su hermano. Para ello, debe hacerse pasar por un hombre e infiltrarse como uno de los criados del palacio.