Después de recibir la noticia de la muerte de su padre -al que nunca conoció-, Maude viaja a la pequeña isla de Jesmond para arreglar el papeleo y recoger sus pertenencias.
Al bajar del ferry, deberá enfrentarse a un hogar y a unos recuerdos ajenos uniendo las piezas que reconstruyen la figura paterna a través de recortes de revistas, discos y mensajes grabados en viejos casetes. En diez días tiene que quedar todo limpio, entonces Maude podrá seguir con su vida.
Sin embargo, lo que no espera son los constantes apagones eléctricos de la isla y la excitación reinante de una población que está a punto de celebrar el 20º aniversario del avistamiento de un enorme tiburón blanco.