Las puertas de un tranvía se abren y un joven se enamora de
una mujer a la que nunca volverá a ver. Este es el punto de
partida de esta historia coral donde los protagonistas, todos
fracasados en sus relaciones personales, son como piezas de un
juego de ajedrez. Los peones se preguntan si no será el
momento de sacrificar una pieza para seguir avanzando. Alfiles
que se cruzan sin encontrarse realmente. El caballo, libre, capaz
de saltar sobre las demás piezas, pero vulnerable porque, por
esquivo que sea, un caballo puede ser tomado por un simple
peón. Todos avanzan, se enfrentan, cruzan sus vidas como en
un tablero de ajedrez. Todos están conectados sin siquiera
saberlo y van a jugar un juego que cambiará sus vidas.