«Tú deseas rosas y corazones, pero él solo posee espinas y oscuridad».
Vanessa es una estudiante universitaria que adora los libros y la lluvia. Marcada por el difícil divorcio de sus padres, ha encontrado consuelo en Travis, el novio que todas las madres —incluida la suya— querrían para sus hijas. A su lado, espera construir una felicidad que echa en falta desde hace demasiado tiempo. Pero, después de dos años, parece que su relación se ha enfriado y el corazón de Vanessa no late como antes. Al menos hasta el primer día del segundo curso. En clase, la joven se cruza por primera vez con un nuevo compañero: tiene el cuerpo cubierto de tatuajes y dos ojos verdes en los que resulta demasiado fácil perderse. Thomas es una mezcla explosiva de fascinación y arrogancia, víctima y verdugo con un pasado atormentado. Él y Vanessa, tan distintos y a la vez tan parecidos, encajan como las piezas de un rompecabezas y entre ellos nace una relación tempestuosa, hecha de momentos de pasión y ternura, discusiones furiosas y reconciliaciones. Pero Vanessa quiere más, sueña con un amor de verdad, romántico y absoluto, ese tipo de amor que lee en sus novelas preferidas. Thomas, en cambio, rehúye cualquier vínculo, y es que una perpetua maraña de espinas no deja de atormentarlo. Sin embargo, si para ellos es difícil entenderse, separarse resulta imposible.