Los monstruos lo hacen todo al revés... Pueden convertir a alguien en parlanchín, provocar un montón de lapsus de memoria, envejecer a todos cien años, parar el tiempo durante un rato o cambiar el invierno en verano. Pero, para Emilio y Margot, eso representa un verdadero respiro, porque así pueden descansar de la vida cortesana, de los deberes escolares y sobre todo... ¡de los buenos modales!