Álvaro de Bazán nació en el año 1526 en una familia de gran tradición marinera. Ya desde su infancia acompañó a su padre, Álvaro de Bazán el Viejo, capitán del emperador Carlos, en numerosas expediciones y batallas navales. Cuando recibió su primer mando, el joven Álvaro ya era un marino experimentado. Capitaneó con éxito, sin conocer la derrota, múltiples expediciones al servicio de su señor, su católica majestad el rey Felipe II. Estuvo en la batalla de Lepanto, ayudó a la conquista de Lisboa y tras su hazaña más señera, la conquista de las Azores, último reducto de los opositores portugueses al rey Felipe, fue recompensado por su señor con el marquesado de Santa Cruz, la grandeza de España y muchos más honores.