Un día la Niebla se lo llevó todo. ¡Oh, no la niebla de la
mañana o la seminiebla del día después de la lluvia!, ¡nooo! La
niebla de verdad. Barro, papilla de carbón, negra y espesa como
tinta en suspensión. De las que se lo traga todo. Pero la Niebla
también dejaba algo atrás. Una mutante, una ogresa, o tal vez
sólo una niña llamada Temperance por una bruja gruñona, que
será criada en la tranquilidad de una hermandad de ancianas
felices. Y, entonces, un día la Niebla regresa. La Niebla quiere
tomar el control. Es hora de que las brujas saquen sus grigris,
recuerden los viejos conjuros y las lecciones de kung-fu y se
embarquen en una gran aventura que cambiará el destino de la
joven Temperance.