Cómo no fascinarse con un país donde los cangrejos tenían el color de los cielos y todo era tan nuevo como si en cada día estuviera la creación del mundo. Humboldt es otro de los nombres del mundo, y es esencialmente inabarcable.
"Se expuso al pasmo de las lunas y a la insolación en los desiertos de salitre, a vendavales y tormentas eléctricas, vivió aguaceros interminables bajo las enramadas de la selva, probó la electricidad de los gimnotos y succionó venenos de serpiente, estuvo a punto de ahogarse en los raudales del Orinoco y en las tormentas de Barú, sintió el abismo desde el lomo de las mulas en los desfiladeros del Quindío, afrontó los escorpiones del Cauca, las ranas venenosas de Dagua, las noches de mosquitos del Magdalena, y no solo volvió más fuerte a Europa, sino que disfrutó por décadas de una salud tan envidiable, que hubo quien pensó que aquel baño de peligros lo había inmunizado contra la muerte".
En esta apasionante novela, con una curiosidad y una maestría comparables a las de su protagonista, William Ospina le sigue el rastro al Humboldt que viajó por nuestras tierras: "Seres así muy posiblemente marcan el fin de una época y el inicio de otra, y Humboldt configura no solo una aventura científica sino el comienzo de una mitología que apenas adivinamos".
Reseñas:
«El resultado es un libro magnífico y abismal. La noción de sugerencia se expande en una literatura que consigue transmitir la sensación de lo inabarcable majestuoso, lo más parecido a la definición kantiana de lo sublime. El talento poliédrico de William Ospina, multipremiado tanto en la poesía como en el ensayo y la narrativa, se revela el perfecto vehículo para traernos a la actualidad la ambición totalizante que representa Humboldt».
Ángel Peña, The Objective
«Obra con mimbres de brillante novela autobiográfica».
Anna María Iglesia, El Mundo
«La sensibilidad, qué otra cosa, recorre esta novela que ha ideado William Ospina en la que todo el talento del autor está puesto en función de recorrer esa cualidad del alma del protagonista».
Ricardo Martínez Llorca, Zenda
«Un mosaico que recrea la Ilustración de la vieja Europa, sus conflictos políticos y la formación de los individuos de todo lo presente en la naturaleza. Un compromiso con el planeta y una reflexión sobre la idoneidad de la conquista, observados desde una perspectiva muy actual».
Ascensión Rivas, El Cultural
Sobre el autor y su obra se ha dicho:
«William Ospina es un escritor innato. Sus facultades se vislumbran cada vez que uno de sus libros es publicado».
Jaime Andrés Benavides, Altus
«Una pluma cargada de poesía y magia».
Carlos Restrepo, El Tiempo
«William Ospina jamás ha comprendido una obra sin que fuera una amalgama de verdad, belleza, inteligencia y profundidad».
Fernando Araújo, El Espectador