William Shakespeare situó Hamlet en Dinamarca, pero bien podría haberse extrapolado a cualquier reino de su tiempo, e incluso,del nuestro. La lucha por el poder, la ambición, el engaño, la traición y la locura son asuntos universales que este drama, el más extenso del célebre escritor inglés, ilustra con unos personajes que aún hoy resultan paradigmáticos.