Con setenta y tres años, Francisco de Goya se traslada a la Quinta del Sordo, una finca a las afueras de Madrid, donde realiza las obras más personales y enigmáticas de su vida, las llamadas «Pinturas negras».
Entre esas paredes, Goya cambiaría su visión de la pintura y plantaría la semilla que moldearía el futuro del arte.
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"Los autores han conseguido algo único. Una de esas obras que solo salen cada cierto tiempo y que marcan hitos".
El Torres
"«Goya. Saturnalia» transita en esos espacios de hibridación que tanto le agradan al noveno arte y que hacen difícil aplicar cualquier etiqueta excepto una: la que nos indica cuándo estamos ante un gran tebeo".
Álvaro Pons