Eres un astronauta y tu nave ha quedado varada en un planeta inhóspito de un sistema solar remoto. No tienes agua ni oxígeno, ni parece haber indicios de vida a tu alrededor. A primera vista, la única opción que parece ofrecerte el paisaje rocoso y desolado que te rodea es la muerte por inanición. Al fin y al cabo, las rocas no se pueden comer, beber, ni respirar? ¿O sí?
Las rocas están hechas de una gran variedad de sustancias que contienen elementos químicos cruciales tanto para mantenernos vivos como para construir herramientas que faciliten nuestra supervivencia. Dicho de otra manera: una roca no es simplemente una roca, es una mezcla de compuestos metálicos, sales, sustancias orgánicas y un largo y variado etcétera en función de la historia geológica del lugar. O sea que un desierto yermo no es un simple conjunto de rocas inertes, sino una gigantesca estantería de laboratorio muy desordenada pero repleta de sustancias químicas que podemos utilizar para nuestro beneficio.
En Guía para sobrevivir en el espacio no solo descubriremos cómo utilizar la química y la geología para aprovechar las sustancias que nos brinda ese caótico laboratorio llamado naturaleza, sino que, además, visitaremos un amplio surtido de planetas y cuerpos celestes con el fin de averiguar su origen y explorar las opciones que tendríamos si, en un futuro, llegamos a enviar misiones interestelares y establecer en ellos colonias humanas.
ADVERTENCIA: ESTE LIBRO TAMBIÉN SIRVE PARA SOBREVIVIR EN LA TIERRA