Cuando Juan vuelve a Madrid, tras vivir cuatro años en Barcelona, encuentra todo muy cambiado: hay edificios en el parque, un banco donde antes estaba el quiosco de pipas y tebeos, y su calle huele a pizza... Además, en su instituto, los alumnos y profesores son muy distintos a los de su antiguo colegio. Pero han cambiado muchas cosas en su vida, entre ellas, la situación de su familia y él mismo.