“La guerra entre hombres y lobos terminó. Pero la paz se sostiene sobre una frágil tregua, liderada por el Rey Golián. Y ahora, más que nunca, esa paz corre grave peligro.
El príncipe heredero ha muerto, asesinado salvajemente. Todo parece indicar que ha sido un lobo y, para descubrir la verdad, Golián requerirá la ayuda de dos soldados leales, tan dispares como valerosos: el lobo Flow y la humana Cassandra. Ambos deberán ir hasta la reserva de los Mil Lobos para tratar de esclarecer lo ocurrido sin armar demasiado revuelo. Lo que descubrirán los conducirá a una serie de inesperados acontecimientos que les supondrá luchar contra peligrosos enemigos y sostener sobre sus hombros el futuro del reino.”
Por lo tanto en Mil lobos contamos con muchos elementos clásicos de estos mundos de fantasía: dos reinos que tras una larga guerra se encuentran en una calma tensa, animales antropomórficos, tenemos también algo de erotismo, de magia oscura, compañeros de viaje indeseables, intrigas palaciegas, acción a raudales… Un puñado de ingredientes tan manidos como necesarios para crear un universo de la nada de forma coherente.
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